Tuesday, November 11, 2008

PENSAMIENTO DE CORREA vs. PROFUNDIDAD DE ALAN GARCIA

Amigos,

Me permito adjuntar dos archivos. El uno, un documento escrito por Rafael Correa, cuando no era ni ministro, ni se soñaba ser presidente; esto era antes que lo "descubra" su atormentado antecesor. Estaba de profesor en la Universidad San Francisco de Quito y demostraba en sus escritos su clara posición izquierdista-estatista, con corte Keynesiano. En este, podrán claramente ver sus intenciones respecto al dólar, lo que cree y siempre creyó, solamente que no tenía pretexto para echar abajo la dolarización.

Los pretextos y razones ya están aquí, ahora no es novedad, pues con su gran sabiduría hizo el presupuesto del estado cotizando a $85 dólares el barril de petróleo, cuando hoy el mercado cerró ya a $43 el barril de petróleo ecuatoriano. Claro, el sabio de la especulación pensó que el petróleo, solo porque pertenece a Ecuador, puede el precio ser fijado como se le antoje, pero se olvidó de que si el petróleo subió desmedidamente no era porque ese era el valor real, sino que era una burbuja especulativa. Este tema lo dijo el señor Greenspan hace 8 o 10 meses, pero Rafael Correa y sus sabios economistas no podían atender comentarios de un viejo que solamente lideró la Reserva Federal de Estados Unidos por dos décadas.

El otro escrito, y con una envidia sana a nuestros hermanos y vecinos peruanos; un documento escrito por el Presidente Alan García Pérez, quién con elocuentes afirmaciones, explica su visión sobre el futuro post-crisis que estamos empezando a vivir.

Amigos, que alegría tengo por los Colombianos al tener a Uribe Vélez y a los Peruanos por tener a García Pérez. Evidentemente no me alegro por la situación política actual de Ecuador.


Pedro Oliva
Un Ecuatoriano Responsable

ALAN GARCIA PEREZ:


Una reflexión sobre la crisis y el futuro

Por Alan García Pérez. Presidente de la República

Hoy, el mundo y sus gobiernos viven en la incertidumbre y consideran
inevitable una larga depresión económica y social. Creo que ese
pesimismo nace de una mala interpretación de la historia y de
desconocer las enormes fuerzas productivas y los recursos financieros
que tiene la humanidad.
I. Hoy abundan las visiones tremendistas, tal vez porque la crisis
coincidió con la campaña electoral estadounidense. El público busca
libros de Marx y otros anuncian que es la crisis terminal del sistema.
Pero olvidan que el mismo Marx había hablado de las enfermedades de
infancia (kinderkrankheit) de los sistemas. No imaginan que esta crisis
puede ser, en realidad, una crisis de crecimiento del capitalismo.
II. Porque la vieja economía de las cosas materiales, está siendo
sustituida por la economía de la información. En esta nueva etapa la
energía básica ya no es la de los combustibles fósiles sino la
comunicación y la información que extienden los mercados y permiten
multiplicar los valores. Este es el caso del dinero electrónico y de su
velocidad que permite titulizar, empaquetar y rebautizar los mismos
valores para ofrecerlos a fondos de pensiones de países remotos. En
realidad lo que ocurrió es que los nuevos grandes poderes de la
información se usaron con ignorancia y exageración. Estos banqueros y
funcionarios del ayer no entienden la nueva velocidad. Pero es una crisis
de crecimiento.
III. Porque hoy la humanidad, sin un solo centro económico preciso,
tiene inmensos recursos para su recuperación. Trillones de dólares
provenientes de los petrodólares, enormes depósitos de divisas en los
bancos centrales, una creciente demanda social por bienes y servicios
dispuesta a usar esos recursos. Pero tiene, además, capacidades
productivas nunca antes vistas. La digitalización que recién se inicia, la
genética que está en sus primeras etapas, la nanotecnología que varía
las propiedades y la aplicación de la materia.
Y algo más importante, la humanidad tiene hoy una velocidad de
interacción de la que aún no es consciente. Encontrar el bacilo causante
de la tuberculosis demoró siglos, después, encontrar el tratamiento de la
triterápico del sida tomó 20 años y ahora ubicar el virus de la gripe aviar
solo cinco meses porque ya cientos de laboratorios estaban conectados
instantáneamente. Lo mismo ocurre con la crisis de este tiempo. No se
necesitará seis años y una gran guerra como en el año 1929 ni se
requerirá varios años y un gran endeudamiento como en 1973. La crisis
de hoy se extendió instantáneamente, originó un espasmo, pero la
economía global construirá la respuesta con la misma velocidad. No
dudo que en 18 o 24 meses se iniciará un proceso de crecimiento aun
más veloz que el de los últimos 10 años.
IV. Pero por el momento, todos buscan culpables y no ven salidas. En
realidad, lo justo y correcto sería aceptar que la expansión exagerada de
los créditos inmobiliarios y de los gastos de guerra en Iraq también
benefició a la mayoría de los países y a sus familias. Veamos: Millones
de hipotecas facilitaron la construcción de millones de viviendas, y por
eso, las empresas y millones de obreros y técnicos compraron
minerales, espárragos, textiles chinos y latinoamericanos. Por ello,
también subieron los precios del petróleo, del cobre, de los productos
agrarios y, por eso, Latinoamérica cumplió un ciclo de siete años de
crecimiento continuo y, como lo repiten sus gobernantes, redujo su
pobreza. Este es el lado positivo del que ahora todos se olvidan
buscando proyecciones tremendistas para algo que es absolutamente
racional y controlable.
V. El verdadero problema es que solo algunos países tuvieron un
comportamiento 'precíclico'; es decir, ahorrar y usar el dinero en
inversiones productivas en vez de especular, comprar armas o repartir
salarios electorales. En ese caso fue más inteligente ser precíclico que
intentar ahora ser contracíclico.
¿Qué hacer ahora? La elección de Barack Obama contribuirá a la
serenidad, resistir los 18 o 24 meses sosteniendo las inversiones
públicas, manteniendo reglas estables que atraigan la inversión externa
y sobre todo el caer en recursos desesperados que tendrían peores
consecuencias.
VI. La conclusión es que, quien mantenga ahora la calma y continúe sus
inversiones públicas y privadas, ganará mucho más cuando dentro de
unos meses comience la reactivación mundial que inevitablemente
vendrá y con una mayor velocidad.
Para ello el Perú continuará su crecimiento en el año 2009. No será de
9% como este año 2008, pero alcanzará el 6,5%, con un nivel de
inflación del 3,5%. Así fortalecerá el empleo y continuará extendiendo
su mercado interno. Es difícil creer que con el próximo relanzamiento
mundial los precios del cobre, el plomo o el zinc se mantengan en los
bajos niveles de este momento de confusión. El Perú continuará su
cambio energético hacia el gas construyendo gasoductos y puertos y
construyendo autopistas que gracias a su actual crecimiento son
inversiones rentables. Con serenidad y prudencia el Perú será un país
refugio para el capital productivo del mundo.

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