LA CONFESION DE Khaled Cheik Mohammed

LA CONFESION DE Khaled Cheik Mohammed

“El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”, dice aquel adagio sabio y antiguo. Cuando el ser humano, en pos del desarrollo y bienestar, ha descubierto nuevos productos para tratar plagas, años mas tarde las investigaciones dicen que aquellos bien intencionados productos, son tóxicos y producen cáncer y hay que sacarlos del mercado.

El nuevo cáncer de la sociedad ha nacido de una buena intención, de hecho; una de las más nobles, “Los Derechos Humanos”, y digo ha nacido de allí, porque ahora vemos que “Human Rights Watch”, y todas las entidades afiliadas a ésta, han deteriorado equívocamente su rol, para que los Derechos Humanos sirvan única y exclusivamente para proteger y abogar por delincuentes, terroristas, guerrilleros y comunistas. Aparentemente Kenneth Roth, Director Ejecutivo de Human Rights Watch, nunca ha pensado; y evidentemente nunca lo hará, en las personas y familias de las víctimas de los atentados en New York y Washington en al año 2001, y en otras decenas de operaciones cobardes terroristas. Estoy sorprendido que esta gente tenga el desparpajo de siquiera abogar por uno de los más viles y cobardes criminales confesos que han existido, Khaled Cheik Mohammed; y que emita criterios torpes sobre la información clasificada de las agencias de investigación (CIA), y el proceso de captura de esta escoria humana. El señor Roth y el resto de perdidos de rumbo defensores de los Derechos Humanos, no se han dado cuenta que esta gentuza son enemigos de la humanidad entera. Me apena decir, pero ojala alguno de estos ilusos hubiese vivido de cerca algún ataque terrorista o un secuestro para que se den cuenta que hay otro lado en la moneda.

Igual que cuando se descubre que aquel producto bienintencionado es tóxico y produce cáncer y se lo saca del mercado, se debería hacer lo propio con Human Rights Watch y cerrarlo de una sola vez, acompañado de todas sus entidades afiliadas ya que son el nuevo cáncer de la sociedad.